¿Alguna vez te has preguntado cómo una empresa pequeña logra vender sus productos en países tan lejanos como Alemania, Japón o Brasil? Aunque parece una misión imposible, la realidad es que existen estrategias claras y bien definidas que permiten lograrlo, incluso si estás comenzando.
En esta entrada te comparto una infografía que resume de manera práctica y visual las distintas formas en que una empresa puede entrar y consolidar su presencia en mercados internacionales. Desde colaboraciones con otras empresas hasta la creación de filiales en el extranjero, cada método tiene sus ventajas, retos y condiciones específicas.
¿Por dónde empezar?
¿Eres una pyme sin experiencia internacional? Tal vez el modelo Piggy Back es para ti: apóyate en una empresa que ya tenga redes de distribución para colocar tus productos.
¿Tienes una tecnología innovadora? Considera los contratos de transferencia tecnológica como una vía para crecer sin trasladar toda la operación.
¿Quieres reducir costos pero mantener calidad? El ensamblaje local o la fabricación por contrato pueden ser tu respuesta.
¿Listo para alianzas estratégicas? Las joint ventures permiten unir fuerzas con otra empresa sin perder identidad.
¿Piensas a lo grande? Entonces es momento de hablar de filiales de producción, deslocalización o incluso franquicias que lleven tu marca a nuevos horizontes.
¿Cuál elegir?
No todas las estrategias funcionan igual para todos. El éxito depende de analizar tu producto, tus recursos y el país objetivo. Por eso, conocer estas opciones es el primer paso para tomar decisiones inteligentes y sostenibles.
Si te interesa saber cuál de estas estrategias es la más adecuada para tu idea de negocio, ¡escríbelo en los comentarios!
